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Arturo Vidal fue titular en opaca victoria del Barcelona

Sin hacer un gran partido, y sufriendo más por su impotencia que por la capacidad del rival, el Barcelona venció en su casa por 2-0 al Villareal y recuperó momentáneamente el liderato de la liga española. Arturo Vidal, tal como ante Atlético de Madrid y PSV, salió desde el inicio.

Los catalanes se apoderaron de la pelota sin oposición y comenzaron a desplegar su fútbol de toque. Ousmane Dembélé hacía lío con su gambeta y Messi probaba las manos de Asenjo desde fuera del área. El Submarino Amarillo aguardaba agazapado en propio terreno con la esperanza de meter una contra filosa que desangrara al elenco de Ernesto Valverde. Y tuvo la más clara. Ter Stegen y Lenglet se coordinaron de manera fatal en la salida y le dejaron servida la pelota a Gerard Moreno. El ariete se acomodó y estrelló la pelota en el palo a los 13’. El cuadro blaugrana parece estar bendecido por los postes, tres veces le salvaron a mitad de semana en Holanda.

La escuadra culé siguió buscando. Rakitic desvió por poco, Dembélé estuvo a punto. Vidal -que partió como interior izquierdo, pero a ratos aparecía como mediapunta o ariete- estuvo a nada de conectar un centro de Jordi Alba. Sin Luis Suárez por lesión y con un Lionel Messi apagado, al Barça le faltaba finura de cara al arco. Pero como en tantas otras ocasiones Gerard Piqué emergió en las alturas para rescatar a los suyos. El central abrió la cuenta a los 36’ tras un tiro de esquina.

A la vuelta de camarines, el dueño de casa salió a rematar la faena. En los primeros minutos intensificó su asedio a Asenjo, pero poco a poco se fue durmiendo con la pelota en los pies. Sin hacer mucho, el Villareal mantenía en vilo al último campeón español. Piqué se tenía que exigir para sostener a la defensa y barrer con las insinuaciones de los amarillos. El ataque solo tomaba color cuando la agarraba Dembélé.

A los 70’, Valverde sacó a Vidal para darle entrada a Carles Aleñá. La grada respondió con
una silbatina. Al ex Bayern Múnich y Juventus no le gustó mucho el cambio en primera instancia, aunque se fue al banco guiñándole un ojo a su entrenador.

Fue el propio Aleñá el que acabó con la angustia en el Camp Nou. La joya de La Masía tiró una pared con Messi y definió con la elegancia propia de los irreverentes cracks de potrero.

Con el triunfo, el Barcelona llegó a 28 unidades tras catorce fechas disputadas. El Sevilla, con dos puntos menos, visita más tarde al Alavés.

FOTO: ATON Chile

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