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Palestino ya sacó chapa de «copero» y avanzó a la fase grupal de la Libertadores

Palestino puede sonreír y beber una copa de champán. Lo que está haciendo en Copa Libertadores es historia pura. Dio la sorpresa al eliminar a Independiente de Medellín y la semana pasada rescató un empate a 2 ante Talleres de Córdoba en Argentina. Hoy parecía que la escuadra albiazul destruía su sueño en San Carlos de Apoquindo, pero de la mano de Luis Jiménez salió de la oscuridad, ganó por 2-1 y se metió en el Grupo A del torneo continental.

Fue un primer tiempo espeso, con mucha fricción en la mitad de cancha y sin profundidad. El cuadro tetracolor intentaba imponerse, pero la T se paraba con orden, buscando explotar la velocidad de Sebastián Palacios y la pegada de Dayro Moreno. A los 20’ encontró lo que buscaba. Tomás Pochettino dejó un par de rivales en el camino con un toque de distinción, ganó línea de fondo y centró para que Moreno definiera a boca de jarro.

El empate pudo llegar siete minutos más tarde. Tras una buena combinación, apareció Roberto Gutiérrez en el corazón del área. Sin embargo, su remate salió débil y a las manos del golero Guido Herrera. No hubo más. La escuadra de Ivo Basay estaba atascada. Jiménez era bien custodiado por sus marcadores, Agustín Farías se confundía cuando le llegaba la pelota y Guillermo Soto no podía romper por fuera.

Al regreso de camarines, el elenco tallarín se replegó unos metros. Palestino iba e iba, aunque sin imaginación ni arrebato individual para perforar. Dejaba, además, enormes espacios para la contra. A los 63’, tras un rebote de Ignacio González, Palacios se lo perdió increíblemente en área chica y con el arco de frente. Los argentinos parecían más cerca del segundo que los chilenos del empate.

Cuando se le venía la noche a los de colonia, apareció su mejor jugador. Farías tocó con Gutiérrez y el ariete supo aguantar de espaldas y habilitar al “Mago”. El ex Inter de Milán no falló y decretó el empate a los 70’. Su historia ha sido de novela. Volvió al club que lo formó tras un periplo de dieciséis años por Europa y Emiratos Árabes Unidos. Muchos pensaban que venía a morir. Él respondió con fútbol. Salvó a los suyos del descenso y los guió al título de Copa Chile. Adolorido, se fue reemplazado en medio de una ovación por Cristóbal Jorquera a cinco del final.

El ex Colo Colo dejó trazos de calidad y estiró la ventaja. Gutiérrez lo habilitó de taco y sacó un disparo rasante que dejó sin opción a Herrera al 90+1’. Con el orgullo herido, casi sin piernas, la escuadra argentina se fue con todo a buscar el gol que llevara la definición a los penales. Los últimos instantes del partido se hicieron interminables para los hinchas del Tino-Tino. En la última jugada del partido Julián Fernández vio una injusta tarjeta roja y Talleres quedó con un tiro libre al borde del área. Moreno congeló el aliento de todos en San Carlos de Apoquindo. Su remate se fue desviado por poco. El partido se terminó en la jugada siguiente.

Palestino compartirá zona con River Plate, último campeón, Alianza de Lima e Internacional de Porto Alegre. La próxima semana recibirá a los brasileños. Por ahora, es momento de festejar.

Foto: Aton/Chile

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