El United dominó la pelota sin contrapeso en la primera mitad. Paul Pogba tomó la manija y fue el faro que guio a los suyos hasta la entrada del área rival. Sin embargo, faltaba imaginación y movimientos para perforar la última línea de los vinotintos. Marcus Rashford y Juan Mata fueron los que estuvieron más cerca.
Al regreso de camarines, llegaría la sorpresa de la visita. Andreas Pereira se durmió en la salida, Jack Cork le quitó la pelota y tocó para Ashley Burnes. El ariete le reventó el arco a David de Gea y abrió la cuenta a los 50’.
El elenco del chileno, herido en su orgullo, respondió rápido. A los 52′ Rashford hizo que Heaton se luciera y a los 54’ sacó un zurdazo cruzado que el golero solo acompañaba con la vista. Una bomba de Dwight McNeil volvió a sembrar el pánico en el arco local.
El Burnley barría con todo lo que llegaba a su feudo. Nada de florituras, puros pelotazos. El Manchester no encontraba el camino y comenzaba a desesperarse. Ole Gunnar Solskjaer movió el banco para agitar el partido. A los 66’ mandó a la cancha a Alexis Sánchez. Si bien el formado en Cobreloa mostró ganas, chocaba una y otra vez con sus marcadores.
Al minuto 80’ Chris Wood cabeceó en dudosa posición y estiró la ventaja. Parecía el final de la historia. Pero si un mérito tiene el técnico noruego es que le ha devuelto al equipo la confianza extraviada con José Mourinho. El cuadro mancuniano siguió machacando y encontró premio a los 87’. Paul Pogba convirtió el penal que le cometieron a Jesse Lingard y aleonó a los suyos.
Apelando a la épica de Old Trafford, los Diablos Rojos se fueron con ímpetu por el empate. En los descuentos, Ashley Young metió un centro al corazón del área. El tocopillano remató de cabeza y el arquero alcanzó a meter la mano. Victor Lindelof, un central que a esas alturas jugaba de nueve, cogió el rebote y decretó el empate definitivo. No hubo tiempo para más.
El United no pudo conseguir su novena victoria consecutiva. Al menos mantuvo el invicto de Solskjaer. Con el empate quedó sexto con 45 unidades. El título ya es inalcanzable, aunque el sueño de entrar a Champions League sigue latente.
Foto: ATON Chile