Blanco y Negro ha reportado altos ingresos durante 2018 y el inicio de 2019. Recibió más de tres millones de dólares por la venta del CDF, dos por la venta de Octavio Rivero al Atlas, cuatro por la de Claudio Baeza al Al Ahli y uno por las transferencias de Bryan Carvallo y Fernando Meza al Necaxa. A eso hay que sumarle otros dos millones de la divisa norteamericana por el contrato con Umbro y el dinero que dejó la última Copa Libertadores.
De eso, solo se ha invertido poco más de un millón y medio. La situación, al parecer, no variará mucho de aquí al final del mercado de pases. Según informó El Mercurio, el presidente de la concesionaria, Gabriel Ruiz Tagle, quiere presentar números azules en la próxima junta del próximo abril.
Al tomar el mando, el que fuera ministro de Deportes afirmó, según sus cálculos, que la administración de Aníbal Mossa había dejado un déficit de US$ 10 millones. De acuerdo a su círculo, mostrar cómo ha mejorado la salud financiera del club le permitiría ganar los votos de los minoritarios para seguir en el cargo.
El gerente deportivo, Marcelo Espina, ha tenido que lidiar con la carencia de efectivo. Al no poder comprar, trata de conseguir préstamos. Mientras, Mario Salas aguarda en la banca con una tensa calma.
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