El pasado 30 de agosto el ex DT de la Roja, junto a sus ex ayudantes Sebastián Beccacece y Jorge Desio, demandaron al organismo de Quilín por más de $ 3.300 millones por daños morales y perjuicios, aunque en el ente rector del balompié criollo desestimaron los argumentos, por lo que el casildense contraatacó y afirmó que la entidad quería confundir al Tribunal.
Pero ahora la ANFP nuevamente intenta refutar al estratego. Según dio a conocer La Tercera, lo hizo a través de una dúplica de 20 páginas, donde criticó la forma de litigar del ex adiestrador de la U, en el marco de la cuarta del juicio.
«Persiste el actor en su afán por acomodar los hechos y el estatuto de responsabilidad invocado, con la finalidad de justificar sus acciones, las cuales, ya a estas alturas, ha quedado de manifiesto que carecen de todo sustento jurídico», sostuvo en el escrito.
«La contraria se refiere en términos peyorativos a esta defensa, a pesar de que ésta ha sido estrictamente jurídica y respetuosa hacia la contraparte. No nos haremos cargo de estos pasajes agraviantes contenidos en la réplica, como las acusaciones de contumacia y falsedad de intentar confundir al tribunal, de incontinencia, descontrol y exabrupto y otras descalificaciones que abundan en el escrito de la contraria. Nos haremos cargo únicamente de lo que resulta relevante para el mérito del procedimiento de marras. Estimamos que dicha forma de litigar, no se condice con la buena fe procesal, ni con el respeto que se deben las partes entre sí y con el Tribunal, al exponer el asunto al conocimiento de S.S», añadió.
Sobre la demanda de cumplimiento forzado por indemnización de perjucios, en Quilín descartaron la existencia de un acuerdo para pagar los impuestos devengados de los millonarios sueldos de Sampaoli y sus asesores, quienes también tenían un vínculo con la ANFP por derechos de imagen, a través de sociedades off shore: «Existía un contrato laboral con los demandantes que comparecen en autos, y un contrato civil con sociedades que no son parte de este procedimiento. Estas son las únicas convenciones que existían entre las partes. No existió un supuesto acuerdo transaccional, que por lo demás no consta en ninguna parte».
«El empeño de la contraria en interpretar de manera forzada cada uno de nuestros argumentos, haciendo citas incompletas y fuera de contexto, así como dando saltos lógicos en su argumentación, que hacen que las conclusiones a que arriban parezcan más salidas de un acto de magia que de una secuencia argumentativa que se sostenga, lo cual, sólo nos indica lo fútil de la demanda de autos», completó.
FOTO: ATON Chile