Los «fuertes» calificativos de la prensa española por la Roja de Vidal

Desquiciado, Insensato, Grave Baja. Algunos de los conceptos que sintetizan la calificación que hizo del chileno Arturo Vidal, la prensa peninsular, pero en especial, la catalana.

En Diario Sport uno de sus columnistas calificó como una tontería, niñería y una irresponsabilidad la actitud del chileno cuando expiraba el partido y entró fuerte sobre Marco Rui.

En el 1 a 1, lo tildaron de desquiciado y agregaron: Un jugador con sus tablas siempre es necesario en un encuentro de estas características. Había completado el partido con un gran trabajo para dar equilibrio hasta que lo empañó encarándose de forma absurda con Mário Rui y viendo dos amarillas, dejando al equipo con diez en la recta final.

Mundo deportivo, lo trató de insensato. Indican que tras una primera parte floja, más por su marginación a una banda que inhabilitó sus virtudes que por responsabilidad propia, mejoró claramente al pisar el carril central y asociarse con Messi. Estropeó ese progreso con esa temeraria reyerta con el picaro Mario Rui, que sacrificó una amarilla para sacar lo que quería: expulsar al chileno. Grave baja para la vuelta, rematan.

Marca dice que más delito que lo de Busquets, fue lo del chileno. «Más delito tiene lo de Arturo Vidal, que vio dos cartulinas en la misma jugada.» El chileno llegó a la recta final del encuentro pasado de revoluciones, quizás espoleado por los cánticos y los abucheos que San Paolo le dedicó durante toda la noche por su pasado juventino. Así, lo que tendría que haberse zanjado con una cartulina amarilla por una falta fea a Mário Rui, se convirtió en una expulsión en toda regla. Después de la entrada, el chileno se encaró con Mário Rui y se puso a protestar airadamente al árbitro. Eso le costó la segunda cartulina.

Por último el Analista arbitral de Mundo Deportivo acusó al «rey» de autoexpulsarse. Brych no expulsó al chileno sino que fue Arturo quien se autoexpulsó con una entrada durísima sin querer jugar el balón y un amago de cabezazo delante del árbitro que sólo podía acabar con su segunda amonestación

FOTO Aton