Una gran jornada fue la que tuvo este lunes el tenista nacional Nicolás Jarry (507°), quien logró imponerse en la final del Challenger de Salinas, Ecuador, al colombiano Nicolás Mejía (382°) por parciales de 7-6 (7) y 6-1, logrando así el cuarto título challenger de su carrera y el primero tras su sanción por doping.
Respecto de este duelo, la raqueta criolla dijo a ESPN que su rival «estaba jugando muy bien. Hemos entrenado bastante el último año en que me fui a Estados Unidos y nos conocíamos mucho, así que estaba muy duro, estábamos saque a saque».
En cuanto a los detalles que a su juicio definieron el encuentro, Jarry sostuvo que «Pude apretar un poco el acelerador en el tiebreak, iba arriba, después hice unos muy buenos tiros, había que mantenerse mentalmente y creo que es eso lo que me ha ayudado esta semana, a mantenerme dentro de todo. Aguanté ese tiebreak, después le quebré el primer set y de a poquito fui subiendo».
Lo de Jarry es doblemente meritorio, ya que en semifinales tuvo que luchar contra problemas estomacales que lo tuvieron muy complicado, pero se pudo reponer y derrotó al argentino Camilo Carabelli (311°) por 7-5 y 6-3.
El nieto de Jaime Fillol aseguró que nunca pensó en no jugar la final, pero admitió que «la vi bien fea en un momento. Por suerte me pude recuperar muy bien. Pude hacer todo lo necesario para hacer lo mejor posible y bastó. Me sentí bien dentro de la cancha, me bajaron las malas sensaciones, náuseas y dolores, y terminé jugando muy bien».
«Han sido años muy duros, donde he tenido que trabajar harto. Empecé con un equipo nuevo este año, que me ha ayudado mucho y es rico sentir que el trabajo paga. No hay nada más satisfactorio que eso», puntualizó el deportista.
ATON CHILE