El Colombiano tituló “Chile mostró la realidad tricolor” y subrayó las llegadas nacionales al arco contrario: “Chile estuvo mejor en los 45’ iniciales. Fueron los inauditos reflejos de David Ospina y las bondades del VAR para dirimir un ajustado fuera de lugar los que permitieron al elenco nacional marcharse al camerino con un invicto de 528 minutos sin recibir goles”.
Además, agregó: “Pero para ganar había que hacer mucho más que encomendarse a Ospina y aplaudir el acucioso ojo del VAR (…) El desarrollo del partido, ante un rival con trabajo y habituado a partidos de alto valor, puso a Colombia de frente con su realidad: ni era el equipo finalista que todos daban por sentado ni Carlos Queiroz era el técnico de decisiones impecables”.
Por su parte, El Tiempo hizo referencia a la fase de grupos y cómo se frenó el anhelo de campeonar: “La Selección hizo una primera fase deslumbrante (…) estaba en un punto anímico elevado, mostrando buen fútbol, todo dado para seguir soñando. Pero el sueño paró ahí, en cuartos de final, de la manera más cruel, en esos penaltis en los que siempre juegan la mente, la suerte y las emociones”.
También tuvieron palabras para los disparos de la Roja desde los doce pasos: “Los colombianos se hacían sentir más que los chilenos, se ilusionaban, pero una tanda de penaltis no respeta sentimientos. Los rivales estaban claritos en sus cobros, lo demostraron durante el partido cuando hicieron dos goles que les anuló el VAR”.
“No se puede reparar la historia en el papel. La derrota quedó ahí, enterrada en el Arena Corinthians, dolorosa y dramática”, complementó el medio.