Pero la primera raqueta nacional buscará ir por más en la arcilla de Texas, cuando intente alcanzar el sábado, a las 14:00 horas, su segunda final ATP, tras la perdida en Sao Paulo. Eso sí, la tarea no será nada de sencilla para el nacido en Arica.
Al frente tendrá por primera vez al complicado «cañonero» estadounidense Sam Querrey (71°), octavo favorito, quien dejó en el camino al veterano serbio Janko Tipsarevic (372°) por parciales de 7-6 (6) y 7-6 (4).
El oriundo de San Francisco, de 31 años, es conocido por ser uno de los mejores sacadores del circuito gracias a su 1,98 de estatura. De hecho, en su festejo ante el balcánico conectó 24 aces.
Si bien el californiano ha perdido terreno en el ranking (este 2019 lo mejor que hizo fue semis en Nueva York), está intentando recuperar el nivel que lo llevó a ubicarse en el 11° casillero el 26 de febrero de 2018, su mejor ubicación, y ser el jugador que alcanzó las semifinales de Wimbledon 2017, los cuartos de final del US Open ese mismo año, y los 10 títulos que registra en su bitácora.
Aunque por sus características de juego sus mejores resultados han sido en superficie dura, Querrey también ha sabido celebrar en tierra batida. Fue en 2010, cuando conquistó el trofeo en Belgrado tras vencer a su compatriota John Isner por 3-6, 7-6 (4) y 6-4.
Esa misma temporada, además, perdió precisamente en Houston la final ante el argentino Juan Ignacio Chela por 5-7, 6-4 y 6-3, antes de vencer en cuartos de final a un chileno, Nicolás Massú, por 6-3, 3-6 y 6-4.
Nueve años después, el «cañonero» norteamericano se volverá a encontrar en el mismo escenario con un criollo, esta vez con un «Tanque» que transita firme en Texas.
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