El cafetalero destacó que el compromiso inicio bien y la Roja buscó proponer en los primeros pasajes hasta nublarse por los cobros del juez: “El árbitro desenfocó a los jugadores, nos dejamos sacar y eso propició el uno a cero, en una ingenuidad. Con esa situación perdimos el foco. Cuando se centró la atención en jugar fuimos otro y no alcanzó”.
“Quizás no lo merecíamos (ganar el torneo), cometimos el pecado de ilusionar a todos, por la instancia que se llegó y soñar con una final. El equilibrio y control mental nos jugó una mala pasada”, agregó el adiestrador.
Respecto al desempeño del árbitro, el caleño afirmó que podría haber manejado mejor las situaciones: “Hay rivalidades que se marcan. Argentina y Chile son finalistas de las versiones anteriores y hay huellas sin cicatrizar y que se vive con intensidad. Había que tener temple por parte del árbitro y los jugadores”.
“Ahí pasado todo. Es una pena que suceda por una situación que se podía manejar de otra forma que los dos conjuntos permanezcan completos y que el mejor del mundo sea expulsado. Es una situación triste”, complementó.
El estratego de la Roja expresó que se debe hacer un análisis en frío para evaluar la desconcentración de sus pupilos: “La parte afectiva puede traicionar. Perdimos el control y lo aprovechó Argentina”.
Sobre el saldo que dejó el certamen continental, expresó que no fue lo ideal en lo cuantitativo, pero se queda conforme por lo mostrado por sus dirigidos: “Por cómo lo afrontamos, por los antecedentes, el semestre de los jugadores, la exposición y por todo lo que mostró el equipo es positivo. Éramos los sextos de Sudamérica, quedamos cuarto, lo que no es lo que corresponde por lo que se brindó. Se soñó con una mejor posición”.
Foto: ATON Chile